Mientras Te Encuentro


Dedicado para volverse a enamorar 
II 
Son las seis menos veintiséis minutos y al parecer no llegas, nunca llegas y no sé sí agradecer por el momento de soledad o maldecirte por tu impuntualidad, pero sigo aquí esperando como hacen las personas nostálgicas para contemplar las puestas de sol, mientras una serie de pensamientos abordan mi mente y ocasionan que encienda un cigarrillo como un acto para dejar ir los nervios causados por tu impuntualidad y mi obsesión con el tiempo mas no puedo lograrlo, apenas puedo recordar qué día es hoy y no puedo culparme por olvidar si hoy es jueves o quizás viernes, no, he comprendido que la culpa es algo que lastima al dormir, sin embargo la desesperación se apodera de mí y termina con mi cigarrillo. 

Me encuentro esperando tu llegada bajo la sombra de un árbol hasta que mi corazón reconoce tu voz y mis ojos a tu sonrisa que me preguntan -¿eres tú?- no sé qué responder, pensé que dirías "lo siento, he llegado tarde porque no he dado con el lugar" y después con ese par de ojos que me gustan me mirarías y sonreirías para convencerme de que en verdad no habías dado con él, pero has hecho todo lo contrario preguntando algo a lo que te he respondido -no lo sé, ¿puedes ser tú?-, tomas asiento junto a mí mientras me contestas -podría ser, todo depende de tus ojos- entonces miras hacia el cielo cuando te pregunto -¿Mis ojos?- una pequeña sonrisa se dibuja en tus labios mientras tus ojos se encuentran con los míos, entonces respondes -sí, tus ojos ¿a caso no ves con el corazón?-, lo has logrado una vez más, no se qué contestar, sólo te volteo a ver guardando silencio y suspiras diciendo -el silencio es una mentira o verdad que puede matar, te contaré una historia para acabar con él-, no puedo creer lo que he hecho, te digo -lo siento, nunca intenté...- cuando comienzas a contarme:

"Hubo una vez en algún sueño de agosto, un árbol que vivía de amor y que no existía ningún otro  como él porque había sido obsequiado por las estrellas a una joven cuando una estrella cayó del cielo. Un día, un ruiseñor que llevaba dos vidas sin parar de volar por el mundo, descubrió desde las alturas una especie de flor que jamás había visto en sus vidas, entonces decidió acercarse a tan extraña flor y le dijo -esta es mi segunda vida en vuelo y jamás había visto flor tan maravillosa como tú-, el árbol al escuchar las palabras del ruiseñor comenzó a reír y exclamó -no soy una flor, aunque las nubes dicen que podemos ser primos; soy un árbol-, el ruiseñor quedó sorprendido jamás había visto algo tan bello y le preguntó -¿eres el único o hay más como tú?-, el árbol no supo en un principio qué responder, jamás se había preguntado si existían más como él y dijo -sí,  soy el único o quizás no lo soy, no siempre se puede saber todo; lo único que sé es, que vivo del amor de la joven que me deseó- el ruiseñor se paró en una de sus ramas diciéndole - entonces tu vida ha de ser muy triste a pesar de tener amor, pues en realidad estás solo, porque algún día la persona que te deseó morirá y no habrá nadie más en el mundo que te entienda, no, nadie te entenderá porque no hay más árboles como tú-, el árbol al terminar de escuchar las palabras del ruiseñor sintió por primera vez la tristeza y contestó -¡jamás había pensado eso, tienes razón estoy solo, por favor ruiseñor abandona mis ramas y vuela para buscar más como yo, te lo suplico!-, el ruiseñor sintió lástima por él pero no aceptó el suplicio y dijo -me temo que no puedo hacerlo, no soy bueno buscando, pero si algún día veo alguien como tú le hablaré de ti -entonces abrió sus alas y comenzó a volar lejos del árbol..."

-Lamento aburrir con mis tonterías, creo que preferirías hablar sobre otra cosa -me dices interrumpiendo la historia que no tenía sentido del todo para mí, pero de alguna manera ha logrado intrigarme y buscando tus ojos te respondo -en esta vida y edad son las tonterías las que nos dan la ilusión de poder regresar a nuestra infancia-, pero no me dices nada, te quedas pensando hasta que me dices -es por eso que el amor nos hace tan felices, porque el amor es una tontería- después me volteas a ver y una sonrisa se me escapa al escucharte. -Es la primera vez que me sonríes- dices al aire sin verme, te vuelvo a sonreír diciendo -es la primera vez en mucho tiempo que vuelvo hacer una tontería con alguien más-, me miras enseguida preguntándome -¿puedo tomar tu mano?- y te respondo -sí, pero debes de terminar de contar la historia-, sueltas una carcajada, tomas mi mano y comienzas a contar:

"...a la mañana siguiente la joven dueña del árbol llegó para visitarle y descubrió que tenía algo en su tronco que jamás había tenido, entonces le preguntó  -¿Qué es lo que tienes en tu tronco, quién te ha hecho eso?- el árbol permaneció en silencio hasta que moviendo sus hojas le contestó -un ruiseñor vino a visitarme, me ha dicho que algún día tú morirás y me quedaré solo, lo he pensado toda la noche, desde entonces una especie de agua sale de mi tronco y mis hojas han cambiado de color-, la joven no podía creer lo que escuchaba y veía, su árbol lloraba de tristeza por la verdad que le había sido revelada por el ruiseñor, así que le dijo -no tienes que sentirte así, el amor de verdad nunca muere, permanece como las estrellas en el firmamento-, la joven abrazó a su árbol pero éste no mejoró ni un instante; guardó silencio hasta que ella dijo susurrando -una vez cuando era niña escuché a una anciana decir que existe una montaña a cuatro días de aquí tan alta que se puede hablar con la luna y las estrellas para pedirles un deseo, viajaré hasta ella para desear que nunca estés solo-, el árbol al escuchar sus palabras le respondió -¿harías eso por mí?-  la joven le soltó diciendo -haría eso y más por ti porque te quiero, pero antes de irme recuerda que cuando te sientas solo otra vez por mi ausencia, yo siempre regresaré a ti porque el amor siempre regresa-, el árbol respondió -ten por seguro que lo recordaré y no importa lo que suceda yo esperaré por ti-, entonces ella abrazó a su árbol emprendiendo camino hasta la montaña más alta.


Había sido casi un día desde que la joven partió hacia la montaña, cuando un joven llegó y quedó sorprendido pues en su corta vida jamás había presenciado un ser tan particular, se acercó un poco más diciéndole -escuché de los cantos de un ruiseñor la existencia de un ser maravilloso, y eres más que maravilloso ¿dime lo que eres?-, el árbol por primera vez conocía a una persona diferente además de su dueña, moviendo sus ramas respondió -soy un árbol, que vive del amor; ¿Te ha mandado mi amigo el ruiseñor o mi dueña a cuidar de mí?, al escuchar las palabras el joven dijo -¿Es posible vivir nada más del amor? No creo que sea posible porque el amor destruye-, el árbol sacudiendo sus hojas río hasta contestar -claro que es posible vivir del amor, ¿Te imaginas una vida sin él? El amor verdadero no destruye, creo que estas equivocado porque cuando alguien se encuentra con el amor un día de su vida se convierte en una eternidad, ¿No has pensado que lo que te destruyó no era amor sino algo más?-, hubo un silencio tan profundo después de las palabras del árbol que las nubes hicieron que el viento soplara hasta que el joven dijo -eres un ser sabio, te has ganado mi respeto; tus palabras han sido tan ciertas que lograste que reflexionara acerca de mis viejos amores; mis otros dos hermanos han de saber de ti- abrazó al árbol y se marchó...."

-¿Qué pasa?- te digo mientras sueltas mi mano e interrumpo la historia que cada vez se torna menos incomprensible para mí, no dices nada; no sé qué hacer, volteo a mirar tus ojos para buscar una respuesta hasta que dejas salir un suspiro diciéndome  -una vez dejé que mi corazón se enamorara de un atardecer, le dejé enamorarse sin reprocharle que los atardeceres son tan hermosos que cuando ya no están y comienzan a olvidarse provocan la melancolía de no encontrar uno igual; dejé que mi corazón le quisiera tanto hasta que no pudo  más y este reventó de tanto amor, que dando solo pedazos de él- entonces vuelvo a mirar tus ojos, tomo tu mano  -es curioso, los atardeceres o mejor dicho las personas que hemos amado y que amamos son una gran parte de lo que fuimos, somos y seremos; ya que, cada una de ellas tiene un trozo de nuestro corazón y nosotros uno del de ellas; no tengas miedo a volverte a enamorar por temor a que alguien te rompa el corazón- te digo; me miras mientras aprietas mi mano preguntando -¿A caso tu corazón se encuentra tan destruido como el mío?-, guardo silencio, a lo lejos se escuchan las risas de unos niños que al parecer juegan, suspiro y respondo -eso creía, pero una persona mientras me contaba una historia me hizo comprender que el amor no destruye sino que destruye algo más-; me abrazas de una manera tan especial que puedo sentir a tu corazón, me sueltas, vuelves a tomar mi mano y sin decirme nada continuas con la historia:

"...era el segundo día; el árbol al extrañar a su dueña percibió que sus hojas dejaban de ser verdes y se tornaban cafés como su tronco, entonces se dijo "he sido un árbol que ha dejado ir al amor temiendo a que este se quedara solo por su abandono" cuando una voz dijo -¡oh gran árbol! mi hermano me ha dicho que eres el ser más sabio que ha conocido y que quizás podrías ayudarme; una de mis hijas muere porque su madre ha muerto cuando su pobre corazón apenas aprendía como querer y las estrellas me han dicho que solo el amor verdadero le salvará, pero yo no tengo amor para darle porque su madre se llevó mi corazón con su muerte-, el árbol al escuchar las palabras de aquel hombre dijo -soy un ser que vive del amor y al igual que tú la persona a la que yo amaba se ha ido por mi terquedad e inseguridad, sin embargo, una vez aquella persona me dijo que el amor siempre regresa a nosotros, no tengo duda sobre sus palabras, por eso quiero compartirte el poco amor que me queda regalando a tu hija y a ti todas las hojas que tengo en mis ramas, arranca cada una dejando una hoja verde, cuando termines de ello haz que tu hija las coma al igual que tú y recuerda que el amor todo lo puede-, el hombre hizo todo lo que el árbol le dijo y al despedirse dijo -gracias noble criatura, me diste la esperanza una vez más en vida- pero el árbol no dijo nada.  

Al tercer día el mayor de los tres hermanos visitó al ser que había ayudado a sus hermanos con su sabiduría y nobleza, cuando llegó solo encontró un tronco en el que una de sus ramas tenía una hoja que dejaba de ser verde, suspiró y dijo -nuestro nacer es el resultado del mayor deseo que puede tener una persona, el amor; tú al igual que yo estamos por dejar este mundo en el que hemos crecido, las personas no comprenden que el amor debería ser lo más importante en nuestras vidas y a quién se ama lo más insignificante, sin embargo, nos juzgan de una manera tan brutal que nos creemos incapaces de amar, viéndonos en la penosa necesidad de encontrar alguien como nosotros para que nos comprendan-, el hermano mayor abrazó al árbol provocando que antes de que la última hoja cayera el árbol respondiera -es así como los corazones se hablan; es así que debe hacerse, de una manera sincera, no obligada; porque cuando alguien abraza, son sus corazones los que en cada latir permiten a la magia que nos da vida sentir el amor; eso me decía mi dueña mientras me alimentaba-, la última hoja cayó en el hombro del hermano mayor  convirtiéndolo en una estrella.

En el cuarto día la joven dueña había llegado por fin a la montaña donde la luna y las estrellas le esperaban para decirle -nosotros que somos los seres que alguna vez fueron y serán sabíamos que algún día regresarías porque tu árbol te lo pediría, pero queríamos saber sí tu amor hacia él era sincero y así ha sido, sin embargo, los hombres le han matado en tu ausencia- la joven al escuchar las palabras de las estrellas comenzó a llorar diciendo - yo solo quería que mi árbol fuese feliz- entonces las estrellas dijeron - así será, habrá más como él y el volverá a vivir, siempre que tú aceptes convertirte en un espíritu que haga que el amor llegue a ellos cuando lo necesiten- la joven aceptó lo que las estrellas le dijeron -diciendo he de ayudar no solo a los árboles sino a cada ser a encontrar el amor-  las estrellas aceptaron y dijeron - así será y te llamarán primavera-..."

-¿Por eso me abrazaste sin decirme nada después?- te pregunto, pero sigues sin decirme nada, entonces miras mis ojos cuando un beso inesperado llega a mí y me dices -debajo de un árbol me di cuenta que es verdad lo que dicen; el amor nunca destruye, ahora más que nunca creo que el amor todo lo puede inclusive hacer que un corazón destruido vuelva a ser uno; pensé que no te volvería a encontrar- entonces te sonrió diciendo -porque hasta ahora veo con el corazón-. Ambos reímos.   
       

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