Los Amantes Vagabundos

Caminaba por las calles de su ciudad, desde hace mucho que se había convertido en su costumbre, ya casi no recordaba su casa, ya no sabía para dónde iba, pensó que era muy tarde mas el cielo le decía otra cosa, sus pies le pesaban, buscó un lugar en el cual descansar, un parque, lo más cercano, pensó que era adecuado, tomó asiento en una de las bancas. - ¿Qué estoy haciendo?- se preguntaba mientras las nubes se movían, tenía la mirada perdida, escuchó risas, buscó de dónde venían, movió la mirada al fondo, eran unos ancianos jugando, -seguramente toda una vida juntos- se dijo.

Miraba con nostalgia todo, tal vez después de ver a los ancianos un recuerdo le vino en mente, se levantó de la banca y decidió caminar; explorar el parque en el que se hallaba, las nubes seguían su curso; se juntaban. Caminó hasta encontrar una fuente; tenía flores, un aroma estaba impregnado -¿ Puedes percibirlo?- le dijo al viento, -yo terminé todo- se decía mientras se sentaba, -quizá fui débil, me dejé llevar-.

El cielo le dijo que era tarde, muchas nubes se aproximaban. Él siguió caminando, esta vez sabía a dónde ir, sus pasos eran apresurados; un museo de arte, nada era igual desde la última visita, mucha gente se encontraba ahí, miró cada rostro mas nada encontró. Salió de ahí, miro el cielo; tenía mucho que no lo contemplaba, estaba nublado.

Su cambio de dirección lo llevó a un vecindario viejo y descuidado, encontró unas casas abandonadas, tocó la puerta de una de ellas; tocó su pasado, era su viejo vecindario.

El cielo era gris, regresó al parque en el que comenzó su travesía, regresó a la fuente, el cielo empezó a tronar, se dijo -he recorrido todos nuestros lugares para volverte a ver, quizá mis pasos han sido demasiado lentos para alcanzarte, al parecer has encontrado nuevos lugares, me pregunto después de todo ¿ahora dónde vas? No quiero pensar que estas afuera y me buscas, pues no quiero encontrarte, ha llegado el momento de que también encuentre mis nuevos lugares, que sepa quién soy, pero antes de comenzar quiero darte las gracias por hacerme entender que soy un amante vagabundo- llovió.













El día se torna gris, las flores pierden color; se marchitan, la lluvia empieza caer junto con esa luz que la humanidad necesita, llueve; la tierra se moja, se vuelve suave, cambia de color, su aroma llega al alma de los amantes vagabundos. Les da esperanza, les da vida, solo danzan en la espera de que regrese el amor en su vida.
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