Para Siempre...


"Tarde o temprano el Sol aparece y la fría melancolía de la noche desaparece para permanecer en un recuerdo"

-Hoy miraré las estrellas y nombraré a una como tú, así podré verte todas las noches de mi vida y dedicarte mi poesía- dijo mientras miraba el cielo, no había ni una sola nube, era una noche clara y fresca, hubo un silencio que duró una eternidad, el viento se escuchó, -tu poesía siempre ha sido mi debilidad, me ha robado suspiros, me ha ilusionado, simplemente tus palabras me deleitan, yo prometo ser estrella e iluminar tus días más obscuros- ella se volteó y tomó la mano de él; ambos estuvieron despiertos esa noche, ambos sabían que era su última noche juntos, ambos sabían que había llegado el día de decir adiós y aunque el cansancio les hacía cerrar los ojos el amor les deba fuerza para seguir despiertos y hacer que la noche fuera eterna casi tanto como aquel silencio que se había escuchado. 

Era una mañana fría, el azul del cielo se comenzaba a notar con la presencia del Sol, un azul tan claro y profundo que ocasionaba nauseas, era viernes, se encontraba recostada en el césped, relajada bajo el hechizo del cielo, parecía un sueño del cual no quería despertar, volteó y su corazón latió como si fuera a morir, su mano derecha intentó buscar algo mas solo halló césped, no había nadie a su lado, por primera vez en su vida sintió la soledad, tal vez la profundidad del cielo no era lo que le ocasionaba las nauseas sino la soledad, sintió la decepción en su boca, pensó que vomitaría pero era solo un nudo en la garganta, recordó. 

-Sé que en muchas ocasiones intentamos recuperar algo que ya se encuentra perdido, luchamos por las cosas cuando nos damos cuenta que todo ha terminado, que el tiempo ha pasado y se ha llevado todo con él- ella decía mientras él miraba al cielo y tomaba un cigarrillo del bolsillo de su pantalón, -al parecer mis palabras han perdido tanto peso que crees que todo lo que emana de mi boca son mentiras, pero no es así, quiero que sepas que yo aún no me he rendido, sin ti pierdo el nosotros que tanto tiempo he buscado, sin ti mis sueños más locos se vuelven en solo sueños, dime si es verdad que me has dejado de querer- él contestaba mientras ella guardaba silencio, él esperaba una respuesta pero ninguna palabra salió de la boca de ella, -no hay peor mentira que el silencio…- él decía mientras ella al fin respondía –en ocasiones cuando esa persona no es para ti, por más que intentes estar junto a ella más te dañarás y perderás tu tiempo, yo no quiero ser esa persona, yo no quiero hacer más profunda la herida de los dos, no te engañes y no me engañes no caigas en tan terrible error, tú no sientes nada por mí como lo solías hacer ayer - él miro fijamente al cigarrillo que tenía en las manos y contestó –te di todo lo que tenía ese fue el error, darte todo, y tienes razón es por eso que hoy ya no te puedo amar como ayer, pues te di todo mi amor y hoy no queda nada-, ella le observó y dijo –tus palabras son dolorosamente ciertas, nunca olvidaré tu forma de pensar, tu forma de hacerme sentir única, tu poesía, las flores de cada mañana, ese poder sobre natural para robarme sonrisas, aunque últimamente solo me robes lágrimas frías y saladas llenas de tristeza- ella comenzó a llorar y él contestó –dicen que mis manos no solo tocaron tu piel sino tu corazón y es por eso que mi huella no has podido borrar de él, pero sé que mañana encontrarás alguien que te ayude a resignarte de mí, por eso ámame hoy, no mañana -. 

La noche se hacía presente él se levanto y comenzó a cavar mirando hacia ella y le dijo –he decidido enterrar cada carta que te he escrito, cada fotografía, cada suspiro y cada recuerdo de ti- ella le miró seria y preguntó -¿A caso has decidido olvidarme para siempre?-, él sonrió y respondió –de ninguna manera, he decido hacer todo lo contrario, cada vez que quiera recordarte, pensaré en todo lo que he enterrado en el suelo y también en la semilla del árbol que acabo de plantar, estoy seguro que con los años crecerá tanto como nuestro recuerdo-, ella le miró y le dijo –quiero pasar esta noche despierta contigo, mirar las estrellas y tomar tu mano, pero te pido de favor que solo por esta vez dejes el cigarrillo que tienes en tus manos y que al amanecer ya no te encuentres aquí, cumple tu palabra y solo déjame, pensemos que solo fue casualidad conocernos, pero sobre todo cuando pienses en mí dejes la agridulce melancolía-. 

Encendí un cigarrillo para dejar ir la melancolía, pero al parecer mi plan no resultó pues solo trajo más melancolía, trajo recuerdos de sus palabras. Es demasiado tarde para recordar, no tiene sentido ahogarme de melancolía, pero la noche no me lo permite, es tan delicada, tan llena de estrellas, de silencio, de paz, tan llena de ella; creo que sigo caminando con la esperanza de hallarte nuevamente en mi camino, mas el tiempo no pasa en vano, me hago viejo y mi cigarrillo se termina, en cambio en mi recuerdo sigues intacta, con la misma sonrisa que provocó tantos silencios, la misma mirada que ocasionó tantas palabras, sigues siendo la misma estrella que iluminó las noches de mi juventud. Encendí un cigarrillo para dejar ir la melancolía para siempre.

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