Tulipanes
Fue una noche de agosto cuando decidí plantar una rosa como todos los buenos amantes, pero mientras la rosa crecía las espinas se hacían más peligrosas, intenté cortar la rosa y dársela, pero al intentar tomarla me espiné, sangré lentamente, pero fue feliz, dejé de sangrar y la rosa se marchitó.
Decidí plantar un tulipán, le cuide tanto, hasta que floreció en una noche con ocho estrellas en agosto, era morado. Muchas se enamoraron de mi tulipán, pero lo quería demasiado para arrancarlo y dárselo.
Regalé mi tulipán, en un principio no quise, pero sus ojos me convencieron, mi tulipán era fragante y especial. Le dieron una rosa, un pétalo de mi tulipán cayó, ella sangra, pero es feliz. Él sabe que mi tulipán es más bello que su rosa, no lo soporta, a pesar de que ella prefiere la rosa de él, mi tulipán sigue vivo pues aun lo guarda.
Él sabe cultivar rosas y las regala a quien quiere, ella se ha dejado perder por el aroma de las rosas, mi tulipán ha perdido otro pétalo, le ha dejado al alcance de él. Intenté cultivar otro tulipán, pero florecieron rosas amarillas.
Ella dejó su rosa, se dio cuenta del dolor.
Alguien me pregunta como plantar tulipanes, le muestro, le regala un tulipán a ella, lo acepta, mi tulipán se queda con un pétalo, un olor de rosas aparece, ella acepta las rosas otra vez, avienta el otro tulipán, pero el mío lo conserva, casi no la veo, me dicen que plante otras flores, pero ella tiene mi tulipán morado, a pesar de todo sus ojos me siguen convenciendo.
Ella me recuerda que le di un tulipán morado; tal vez por fin se quede con los dos, me dice que ya no va a recibir más rosas de él, ella se despide, la vuelvo a ver, tenía el tulipán en sus manos. Me voy.Una flor llega a ella, la recibe con un beso, después de tantos años, sucedió, ella arrancó el último pétalo que sobraba, puedo caminar lejos de ella, busca el tulipán, no hay nada, ve su mano, se da cuenta que siempre tuvo una rosa marchita, llora, extraña el olor de rosas, pero no al tulipán, ahora sólo tiene lágrimas.
Planté un tulipán porque hay demasiadas rosas y pocos tulipanes, ahora sé la razón. Planté un tulipán y sólo me enamoré.
Él sabe cultivar rosas y las regala a quien quiere, ella se ha dejado perder por el aroma de las rosas, mi tulipán ha perdido otro pétalo, le ha dejado al alcance de él. Intenté cultivar otro tulipán, pero florecieron rosas amarillas.
Ella dejó su rosa, se dio cuenta del dolor.
Alguien me pregunta como plantar tulipanes, le muestro, le regala un tulipán a ella, lo acepta, mi tulipán se queda con un pétalo, un olor de rosas aparece, ella acepta las rosas otra vez, avienta el otro tulipán, pero el mío lo conserva, casi no la veo, me dicen que plante otras flores, pero ella tiene mi tulipán morado, a pesar de todo sus ojos me siguen convenciendo.
Ella me recuerda que le di un tulipán morado; tal vez por fin se quede con los dos, me dice que ya no va a recibir más rosas de él, ella se despide, la vuelvo a ver, tenía el tulipán en sus manos. Me voy.Una flor llega a ella, la recibe con un beso, después de tantos años, sucedió, ella arrancó el último pétalo que sobraba, puedo caminar lejos de ella, busca el tulipán, no hay nada, ve su mano, se da cuenta que siempre tuvo una rosa marchita, llora, extraña el olor de rosas, pero no al tulipán, ahora sólo tiene lágrimas. Planté un tulipán porque hay demasiadas rosas y pocos tulipanes, ahora sé la razón. Planté un tulipán y sólo me enamoré.
Tulipanes por Jorge Luis B. Rivera se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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