El Adiós
Dedicado a Carlota
¿Cuántos de nosotros no hemos dicho adiós? ¿Cuántos de nosotros no hemos llorado por un adiós? ¿Cuántos de nosotros hemos dicho adiós para poder comenzar? ¿ A cuántos de nosotros nos ha costado decir adiós? ¿ A cuántas cosas le decimos adiós en un día ? Todos hemos vivido el adiós.
Es muy curioso que a lo largo de nuestra vida conocemos cosas que llegan a lo más profundo de nuestro ser, esa parte que muy pocos ven, nuestra alma. Nunca sabemos el momento exacto en el que esas cosas llegan pero sí sabemos el momento en el que las buscamos y ya no están.
El decir "adiós" deja un sabor muy agridulce, nos hace darnos cuenta de que esas cosas dejaron de ser simplemente cosas y se convirtieron en parte de nuestra vida, por otra parte, nos duele la idea de saber que tal vez nunca las volvamos a ver. Al menos físicamente, pues, parte de ese sabor agridulce es el recuerdo que tenemos de esas cosas, esos recuerdos que nos hacen sonreír o llorar al estar en un lugar, escuchar una canción, un nombre e incluso oler un aroma; todo esto es parte de ser hombre, es algo que nunca vamos a perder hasta morir, cuando perdamos esa condición que se nos otorgó el día en que nacimos.
Creo que eso es el adiós, algo agridulce, algo que tiene dos caras, una buena y una mala, que sin duda alguna nos convierte en algo de lo que somos hoy o mañana.
El Adiós por Jorge Luis B. Rivera se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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