Confesiones

Dedicado a mis amigas y amigos, por apoyarme siempre.

-Últimamente me he sentido exhausto- decía mientras escribía en su cuaderno, -no lo niego, se nota en tus ojos- contestó su hermana, -entonces debe ser un cansancio muy grave, pues el cansancio de nuestra alma solo se mira a través de los ojos- dijo mientras dejaba de escribir, -tal vez necesites descansar, ha sido una semana muy difícil- le contestaba su hermana mientras le miraba con sus ojos café, -curioso que uno se sienta cansado por una semana difícil cuando ésta se ha ido como el agua-, su hermana hizo una mueca y añadió -estas hablando como viejo, vaya que te hace falta dormir-, él la miró y puso una gran sonrisa -sucede que cuando uno no duerme bien se hace viejo-. Ambos rieron.

En su habitación pensó en las palabras de su hermana, su habitación era el único lugar en el que se sentía seguro, en ella entraba luz natural y se respiraba paz, él pensó que tenía mucho que no veía el sol, su rostro se había tornado más pálido de lo que era, se miró en un espejo y se dijo -mi hermana tiene razón mis ojos se ven más que agotados-, era verdad; en sus ojos había desaparecido el brillo que hacían que fueran café ahora simplemente parecían negros. Llegó a pensar que moriría.

Su madre a diferencia de él tenía un brillo en sus ojos, sus facciones finas provocaban a cualquiera un sentimiento maternal, se acercó y le vio de lejos recostado en su cama -mi hijo se encuentra más pálido de lo normal me preocupa- pensó. -¿Madre estas ahí?- gritó él desde su cama. Ella no contestó nada.

-¿Me podrías pasar el salero por favor hermana?- dijo mientras apartaba la cuchara de su boca, -¿Es que no te ha gustado la sopa hijo?- dijo su madre en tono molesto, - me temo que no tiene sabor, pero por eso he pedido el salero a mi hermana para dárselo yo- dijo con voz seca, un pensamiento le vino a la mente "nuestra vida es como la sopa, mucha gente intentará darle sabor, sin embargo solo nosotros sabemos que le falta , solo nosotros sabemos cuánta sal le hace falta", su madre suspiró y le dijo -espero que te cases con una buena mujer-, los ojos del hijo se tornaron serios y respondió -madre todavía soy muy joven para pensar en casarme, tengo mucho por hacer y vivir, quiero ser un gran pintor- su padre que también se encontraba en la mesa y había permanecido callado y escuchando hasta ahora dijo con tono severo -dudo que con esa mentalidad llegues lejos, tarde que temprano tendrás que madurar yo a tu edad hacía más cosas productivas que tú-, su hermana dijo -papá ya sabemos tu trágica pero a la vez bella historia-, su hermano se encontraba callado las palabras de su padre habían causado una herida en su alma pero él ya estaba familiarizado con ese tipo de comentarios, mientras su padre y hermana discutían pensó "no lo juzgo, ni me duelen sus comentarios, después de todo de su propia boca salió la verdad, la verdad siempre será dolorosa y matará lo sueños", su madre miró a su marido y le dijo -¿Es que algún día se llevarán bien?-.

-No le hagas caso a papá, no sabe lo que dice, yo estoy muy segura que tu serás un gran pintor- dijo su hermana a su hermano mientras el permanecía callado, él no contestó pero pensó "muchas veces nos sentimos solos, sentimos que en esta cruel vida venimos a sufrir, pero no es así, a lo largo de ella encontramos amigas y amigos que nos roban una sonrisa, nos hacen la vida mejor, son los condimentos de la sopa", su hermana siguió -anda no te pongas tan serio, he visto todas tus creaciones y son realmente bellas-, el se limitó a sonreír abrazó a su hermana y se salio de su hogar. Su hermana se convirtió en su amiga.

Al salir de su hogar miró hacia el cielo en busca de rayos de sol mas no había nada solo nubes sin formas. Pensó en su padre y sus palabras, también pensó el las palabras de su hermana, se dio cuenta que el cielo permanecía igual y se dijo -camino sin caminar esa es la triste realidad-, se sentía demasiado cansado para seguir caminando y tomo asiento en la acera, recordó lo que su madre dijo sobre casarse, viajo en el tiempo y se vio sentado observando la puesta de sol acompañado de un viejo amor, se embriagó de melancolía y dijo -y tal vez no lo creas, pero a veces te pienso, a veces el recuerdo me seduce y me roba un suspiro con tu nombre- nadie escuchó, la calle estaba vacía entonces pudo comprender al amor "es que aunque no lo crean el amor es como las puestas de sol, siempre diferente y lleno de melancolía''. -Tal vez ella encontró ya un nuevo amor con quien ver las puestas de sol- se dijo. El no sintió celos, muy en el fondo de su corazón sabía que jamás sería reemplazado, lo que sintió fue abandono, algo similar le producía su padre cuando hablaba más de su hermana y no de él. Suspiró.

Estaba recostado en la acera, cuando las nubes comenzaron a moverse, pensó que el día sería horrible como suelen ser los días que dejan de ser nublados, el intento por dormir parecía una broma, no había sido una semana difícil sino un mes lleno de emociones. Cerró los ojos y al abrirlos el sol ya estaba ahí, levantó su mano para poder mirar al cielo, se llevó una sorpresa. Había comenzado septiembre el cielo tenía un azul intenso, al rededor del sol apareció un arcoiris, le ocasionaba una profunda paz el estar recostado y contemplar las nubes, por fin podía estar tranquilo. Durmió. 

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